II Porma

El 27 de octubre del 2012 se celebró la segunda edición de la PorMaratoniana, lo cual significaba el éxito de la fórmula, la fiel acogida por parte de los pormaratonianos y la confirmación de un proyecto deportivo. Fue también la edición de los errores y del aprendizaje. Hubo muchas lecturas a obtener de aquella edición. En cualquier caso, la mejor fue que se volvió a celebrar y volvimos a correr juntos.

Recorrido de la II Carrera PorMaratoniana:



Crónica publicada en Pormaratones:

"En cuanto a la carrera, os hablaré de qué pasó en la cabeza de carrera y de cómo se pactó la victoria. Todo estaba apalabrado. Emi nos sobornó. Mi conciencia debe quedar tranquila, no puedo llevar conmigo la carga de la mentira. Pidió que pareciese limpio y así se hizo, nadie lo sospechó. 
Dejando de lado estúpidas bromas, Emi fue el mejor. Fue un ganador de verdad y esto no es broma. Superó un mareo que le llevó al suelo pocos minutos antes de empezar. Aguantó un notable ritmo de 4:15 cuando hacía apenas tres horas que había llegado a casa. Con todo, atacó, como tenía previsto, a falta de dos kilómetros para meta. Atacó y atacó con fuerza, con mucha fuerza. Midió las distancias y aguantó el ritmo. A mí, personalmente, me parece que lo hizo muy bien.
La carrera empezó con una salida "neutralizada". La verdad es que yo tenía ganas de correr y eso de empezar lento no me apetecía. Me tuve que contener pues los primeros comentarios llegaban a mis oídos a modo de: "todavía no!", "hasta la cuesta!". En fin, paciencia. Ritmo pausado y poco a poco incrementando.Veía que el grupo se fraccionada, aunque de forma lenta, motivo del buen ritmo de todos los participantes. Oía las voces y las pisadas que me acompañaban en mis pensamientos sobre los ritmos que debía imponer a la carrera. Valen y Emi seguían mis pasos, sabía que íbamos a estar juntos todo el tiempo. Sabía también que la carrera se rompería por un pequeño detalle, ya fuese un ataque o las pocas intenciones de sufrir -que en este nivel es casi tan importante como tener fuerzas-. En ocasiones, Valen tomaba la iniciativa, tratando de tomar el ritmo y darme un respiro. Aunque tímidamente, nuestras gargantas remitían algún comentario en torno al recorrido o al ritmo de los demás. Estábamos concentrados, cada uno pensando en su particular historia. Muy probablemente Emi pensase en llevar a cabo su famosa estrategia, aquella que decía que iba a atacar a falta de dos kilómetros. Valen, con seguridad, estaría pensando en el maldito momento que se decidió por estrenar zapatillas el día de la carrera. Yo, con sinceridad, pensaba en subir el ritmo de la carrera. Preguntaba y me respondían: "sobre 4'15". Me parecía correcto, era un buen ritmo para la propia carrera, para darle "prestigio". La mitad de carrera pasó, estábamos ya camino del campo de fútbol del Retuerto -y de tantos otros-. Los comentarios se silenciaban, cada uno pensaba en lo que antes he comentado. Encaramos la bajada hacia la ría. El gran momento de la carrera se acercaba. El puente de Rontegui sería testigo. Valen y un servidor seguimos en tímido camino de hormigón que unía la antigua carretera de fábricas con el camino de la ría. Emi, en paralelo, deció optar por el barro. Al pisar los tres el suelo del paseo Emi aceleró. Y mucho. Valen y yo no nos miramos, pero pensamos lo mismo: "yo no voy". La reacción se debería haber producido de manera instantánea porque el ataque de Emi fue fuerte, rápidamente tomó unos cuántos metros de distancia. El esfuerzo le había merecido la pena. Nosotros nos limitamos a mantener el ritmo, no teníamos más objetivos. Ve7amos a Emi avanzar, tomar las curvas, encarar las rectas, pensar en la victoria. Seguimos el trazado, sabiendo que la lucha había terminado y que el vencedor se lo había trabajado. Encaramos la última recta satisfechos, el nivel había sido bueno. No hubo "photo finish" pero la carrera tuvo su particular histori".
Crónica publicada en Crónica Deportiva Sentimental:

"Sobrevivimos a la lluvia, a las celebraciones, a las bajas, y a los dolores de piernas, y pudimos disputar la segunda edición de la Carrera Pormaratoniana. Un nuevo recorrido, viejos y nuevos participantes y las mismas ganas intactas. Lo importante es que empezamos hace un año con esta locura y ya estamos hablando de la que, el año próximo, sería la tercera edición de esta prueba que, como ya hemos dicho hasta la saciedad, no deja de ser una oportunidad para festejar que nos gusta correr y hacerlo de una manera distinta y festiva, pero en pantalón corto y sudando. 
Ya sabíamos que contábamos con un 94% por ciento de probabilidades de lluvia, pero el tiempo, aunque nos acabó respetando, nos guardó una sorpresa más desagradable: el viento. Empezamos con retraso y contamos con algunas bajas, pero gracias al interés de todos, al final, corrimos, nos divertimos, tuvimos un ganador y un buen puñado de voluntarios a los que no les dio miedo la lluvia para echar una mano de manera desinteresada. Para Vero, Iker y Esther todas las gracias que les podamos dar son pocas: seguro que había mejores cosas que hacer esa mañana, aunque fuera quedarse en la cama. Así que, una vez más, muchas gracias. 
Al final, en un rincón del Polideportivo de Lasesarre de Barakaldo nos juntamos ocho atrevidos que nos colgamos los dorsales artesanales y nos pusimos a correr entre risas y bromas. Se suponía que los primeros metros, hasta alcanzar la cuesta que parecía dar comienzo a la competición, iban a ser neutralizados. Y, más o menos, alcanzamos la pendiente todos juntos, pero el ritmo no fue precisamente lo que se podría esperar de un kilómetro neutralizado. Quizás el frío o los minutos esperando si salíamos o no hicieron que los aspirantes tuvieran ganas de empezar a calentar los músculos. Y pronto se fueron. Y pronto se vio de qué iba a ir el rollo. 
Por delante, marchaba en cabeza un sorprendente Joxema que, sin duda, fue una de las grandes sorpresas de la prueba. Junto a él, los tres primeros de la anterior edición, Álvaro, Emi y Valen, y un quinto atleta que debutaba en la Pormaratoniana, Manuel. No muy lejos, en tierra de nadie, con su habitual estilo saltarín, Mitxel parecía ir guardando fuerzas. Y ya cerrando la carrera, Gaxen y un servidor charlábamos mientras íbamos observando cómo se dividía el grupo. 
En la recta del cementerio, los tres favoritos empezaban a distanciarse y Joxema y Manuel parecían aliarse para no perder mucho tiempo. Mitxel estaba cerca y el que escribe cometió un error de bulto, dejando a Gaxen detrás y aspirando a alcanzar a Mitxel y hacer grupeta. Alcanzarle le alcancé llegando al BEC, pero también reventé justo cuando llegaba Gaxen y parecía cumplirse mi intención de hacer un trío, sin segundas. Pero se convirtió en un dueto porque Gaxen y Mitxel se fueron yendo y yo me quedé ya ante la perspectiva de aceptar mi nivel. A los primeros, ya no los veíamos. Así que lo que ocurrió desde Lutxana hasta el final, lo cuento después de que me lo contaran. Emi, Valen y Álvaro fueron juntos hasta alcanzar el puente de Róntegui. Allí, el que a la postre sería el vencedor final, Emi, aprovechó el asfalto del paseo para lanzar un ataque al que ni Valen ni Álvaro respondieron. Supongo que después de todo eso, no hay mucho más que contar. Todo fue rápido. Emi rebajó un poco el ritmo al ver que tenía distancia y enfiló la ribera del Galindo para pasar como una exhalación por debajo de los puentes que cruzan a Sestao y terminar entrando en cabeza por la línea de meta en la calle Ibaibe. Unos ocho kilómetros y medio que el vencedor cerró en 37:55. Menos de un minuto más tarde, a 38:48, entró primero Valen y después Álvaro pero los dos juntos. Y el dúo que los seguía llegó un poco más tarde: Manuel en cuarta posición a 41:56 y Joxema a 41:57, un segundo de diferencia, ya ves tú. Y casi justo al minuto apareció Mitxel, que acabó por dejar de nuevo a Gaxen. Su tiempo: 42:55. A 43:03, un suspiro después, entró un Gaxen que demostró un ritmo muy sólido y compensado. Y ya solo quedaba el último, un servidor, que acabó entrando dos minutos después, a 45:26, después de tomarse los últimos kilómetros como un paseo sosegado y los últimos quinientos metros como una oportunidad para el cachondeo y la buena compañía, porque, junto a mí, entraba al trote el voluntario Iker que se había apostado a unos 500 metros de meta, a la salida de los puentes, donde la visibilidad es nula, para ayudar a los participantes. Una vez todos juntos y satisfechos, llegó la entrega de premios, con txapela incluída, una vez más, frutos secos, chocolatinas, agua y comentarios varios. Siempre es eso lo mejor de la carrera, suelen decir. 
Duchados y evitando el frío en el interior del Polideportivo, siguieron los comentarios y las promesas de que el año que viene será mejor aún. Y así esperamos que sea. Este año no hubo comida de celebración, pero si hubo un socorrido poteo que sirvió para convencernos de que a la gente le gusta la idea y están por la labor de que continúe, así que, nos propondremos una tercera edición donde prometemos el mismo compromiso para conseguir que todos pasemos un buen día disfrutando de correr entre amigos. 
Solo queda darle la enhorabuena al ganador, que se lleva la txapela para Barcelona. Tenemos que darle la enhorabuena por partida doble: por ganar y por sobrevivir a su despedida de soltero, sobrevivir a una noche de oscuras anécdotas que no contaremos aquí, llegar corriendo a la línea de salida, superar un vahído, empeñarse en correr y, al final, ganar. Emil Zatopek estaría orgulloso de él. Y estaría, al menos, lo está la organización de la II Carrera Pormaratoniana, de los ocho participantes que se animaron a acompañarnos en esta sencilla carrera. A todos ellos, y una vez más a todos los voluntarios, muchas gracias por volver a aceptar la invitación, y os esperamos en la tercera edición, donde también esperamos a todos los que al final no pudieron venir y a todos los que quieran venir por primera vez. Será un placer volver a ser el último, si todos los que quedan por delante, disfrutan tanto como disfruto yo, llegue en el puesto que llegue. 
Mila esker denoi! Y habrá una entrada más sobre esta segunda edición con todas las fotos o vídeos que consiga, porque, ahora mismo, tengo crónica, pero no tengo cómo ilustrarla. Lo haré pronto. Y, por supuesto, tendréis otra crónica de la carrera en Pormaratones, el blog culpable de todo esto, y todos los que queráis estáis invitados a dar vuestro punto de vista en los comentarios o mandarme vuestra crónica, si os animáis. No tendré problema en publicarla en otra entrada. 
A seguir corriendo que, muchos, nos veremos en dos semanas intentando sobrevivir a los toboganes de Lezo para llegar triunfantes al restaurante de Arzak. Nos vemos allí. 
Ah, una última cosa. Gracias, aunque quizás no me corresponda a mí decirlo, a la organización, a Ricky, que finalmente no pudo asistir, por la asistencia técnica y la cartelería antes de la prueba, y, sobre todo, a Mitxel, por tener mejores cosas que hacer, y, aún así, encontrar tiempo para conseguir que esto funcione.
Keep running!"

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